Gincla, un pequeño pueblo en el corazón del país cátaro, el Sr. Bruchet y su hija yerno le ofrecen una cálida bienvenida en el marco privilegiado de esta antigua casa solariega, que combina la madera y la piedra de antaño con el confort moderno. Creativa y refinada, combinada con excelentes vinos regionales, la cocina entre la tierra y el mar deleitará sus papilas gustativas. Después de un día de senderismo o de escalada en los castillos cátaros, nuestras tranquilas y espaciosas habitaciones le darán un merecido descanso.